Viernes, 29 de Marzo del 2024
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“Tierra Santa”

Publicado el 30/12/11

LIMA – 

En las fiestas de fin de diciembre siempre se recuerda a Jesús, cuyo año natal marca nuestro actual calendario, y, por ende, a indagar sobre el futuro de la patria donde él nació y vivió.

Ese pequeño pedazo de tierra que está entre el Mediterráneo y el gran desierto arábigo y que es un puente que une a los 3 continentes del viejo mundo ha sido conquistado por decenas de imperios. Jerusalén ha sido destruida y reconstruida al menos 20 veces. Este es el único territorio que reclaman en conjunto las 3 grandes religiones occidentales (judaísmo, cristianismo e Islam), cuyos fieles son poco más del 50% de la humanidad.

Paradójicamente lo que se denomina Tierra Santa y el país que tiene más miles de congregaciones religiosas por habitante en el mundo, en vez de ser un puente de paz y unión nunca ha dejado de ser hasta el día de hoy un centro de disputas. En las últimas 6 décadas ha sido escenario de 4 guerras internacionales, numerosa violencia interna y diversas incursiones militares a otros vecinos (incluyendo 2 invasiones al Líbano).

Hoy en Israel y Gaza gobiernan los sectores más beligerantes de los campos palestino e israelí. Mientras Hamas no quiere aceptar la existencia del Estado hebreo y llama a una Palestina unida e integrista musulmana, Netanyahu no quiere reconocer al miniestado palestino y flirtea con la posibilidad de invadir Irán (país que denuncia que científicos nucleares suyos han sido asesinados y que sus programas informáticos en sus plantas atómicas han sido atacados por virus). Hoy la comunidad internacional exige la división de Tierra Santa en dos Estados (uno árabe que se quedaría con un quinto del territorio y pocas armas y poder, y el otro, uno hebreo, que mantendría el control de la mayoría territorial y 200 a 400 bombas atómicas), aunque el canciller israelí Lieberman quisiera que ambos estados queden étnicamente depurados para que todo no judío que quiera vivir en Israel deba honrar al sionismo.

El problema es que Tierra Santa tiene un área muy chica y las fronteras que dividen a judíos de musulmanes no son geográficas y están muy entrecruzadas. Una división por motivos religiosos fomentará el integrismo en ambas partes, no será históricamente viable y no dejará en buen pie a seculares, cristianos, agnósticos y otras minorías.

A la postre la única alternativa que queda es llegar a una suerte de asociación, federación o república pluriétnica que permita mantener la unidad de dicho territorio, el cual debería explotar su gran diversidad é tnica y religiosa como un gran potencial para todoel mundo.



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