El Consejo de Ministros de España indultó este viernes a Miguel Montes Neiro, el preso más antiguo de España, quien llevaba más de treinta años enlazando condenas, a pesar de no haber cometido delitos de sangre.
Según sus familiares Neiro recibió la noticia con alegría y nerviosismo y luego les pidió que no fueran a buscarle a la cárcel, que quería “caminar dos o tres kilómetros para sentir la libertad”.
El preso, de 60 años de edad, ingresó en prisión en 1976 por robo. La dilatación de sus condenas se debió a varios intentos de fuga, el último en 2009 para asistir al funeral de su madre.
El preso protogonizó seis huidas entre 1978 y 1986 hasta que quedara en libertad condicional en 1994. No obstante, regresó a prisión en 1997 tras cometer diversos delitos y volvió fugarse en otras dos ocasiones, una en 2003 (tres años fugado) y la última en 2009 aprovechando un permiso extraordinario por la muerte de su madre.
El caso de Montes Neiro saltó a la prensa en 1999, cuando una huelga de hambre le llevó a un lamentable estado de salud. Fue tal el dramatismo del asunto que recibió el interés directo del mismísimo Papa Juan Pablo II.
La Oficina de El Vaticano llamó a su familia para saber qué empujaba a un hombre a provocarse la muerte en vida; también el obispo de Málaga, Antonio Dorado, intentó interceder en la decisión de Montes Neiro.