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Pionero genetista Venter apuesta a bacterias contra cambio climático

Publicado el 12/10/11

Nueva York, 12 oct (dpa) – Craig Venter se está acercando a una edad, que para la mayoría significa jubilarse y dedicarse a intereses privados. Pero no es su caso.

El biólogo molecular estadounidense, que el viernes cumple 65 años, se dirige a un nuevo punto culminante de su carrera científica.

Después de que él lograra junto con sus colegas crear una bacteria con un genoma artificial, aparentemente está cerca de conseguir una aplicación práctica de su hallazgo en el laboratorio.

El muchas veces premiado pero también controvertido Venter quiere salvar al mundo de una catástrofe climática con estas bacterias artificiales. Apuesta a aprovechar a partir de estas bacterias nuevas fuentes de energías. Estos microorganismos suministrarán casi de manera ilimitada combustible limpio, barato y ecológico, según Venter.

Tiene en la cabeza “un rango de aplicaciones”, dijo el visionario vistiendo su delantal blanco durante la presentación de su trabajo.

El equipo dirigido por Venter reconstruyó el genoma de una bacteria que existe en la naturaleza a partir de fragmentos individuales de ADN y lo introdujo en otra especie de bacteria.

El resultado fue una célula que era controlada por un genoma foráneo, indicaron los científicos en un artículo publicado en la prestigiosa revista “Science”. El objetivo es lograr que la biología “haga lo que nosotros queremos”, subrayó Venter.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, estaba tan inquieto por el proyecto, que encargó a una comisión de expertos evaluar el aspecto ético del mismo. Sin embargo, Venter dijo que ni la Casa Blanca ni el Vaticano manifestaron objeciones en contra de su trabajo.

“Creo que con la biotecnología podremos fabricar en el futuro todo lo que necesitamos”, dijo Venter a la emisora CBS en el programa “60 Minutes”.

Algunos colegas acusan a Venter de tener demasiado interés en sacar beneficios económicos de sus investigaciones. Tras publicar su trabajo en 2010, el experto firmó un contrato con una empresa farmacéutica. En primer lugar quiere suministrar una vacuna contra la gripe.

Hay otros grupos empresariales que trabajan con Venter. La británica BP financia sus investigaciones con microbios que viven en la tierra metabolizando carbón y producen gas.

Exxon Mobil le dio al biólogo 300 millones de dólares, según CBS, para realizar experimentos con algas transgénicas, que absorben dióxido de carbono y producen un aceite, que puede ser reelaborado para obtener gasolina.

Venter ya demostró una gran cantidad de veces que puede realizar cosas aparentemente imposibles. En 1999 hasta desafió a un equipo internacional de investigadores que ya trabajaba desde hacía tiempo en el desciframiento del genoma humano.

Después de sólo 15 meses llegó a la meta casi al mismo tiempo que el Proyecto Genoma Humano, que fue financiado con fondos estatales.

Venter anunció luego que gran parte de los datos obtenidos son de su propio genoma y en Internet ofrece una mirada a las secuencias de su genética.

A quien no le dicen mucho los 20.000 millones de pares de bases de ADN, halla una interpretación en la autobiografía de Venter “A Life Decoded: My Genome: My Life” (Decodificado: mi genoma: mi vida).

Allí, el científico escribe que su destino podría ser el mismo que el de su padre, que murió joven por un infarto cardíaco. También señala que por su predisposición genética toma ahora medicamentos para reducir el colesterol y para prevenir el Alzheimer.

“El conocimiento de nuestros riesgos genéticos significan poder, el poder de enfrentarlos”, dijo en una ocasión en entrevista con dpa.

Venter es hijo de un contable de origen alemán de Salt Lake City, estado de Utah.

Se crió en un ambiente sencillo, fue un mal alumno y terminó a duras penas sus estudios. En lugar de ingresar en un College se mudó al Pacífico y practicó durante tres años surf, hasta que la Guerra de Vietnam le puso fin a este estilo de vida. Como ayudante en un hospital de la marina estadounidense en Danang atendió a compatriotas heridos.

Después de esa experiencia, decidió estudiar medicina. En seis años terminó sus estudios, publicó gran cantidad de artículos y se graduó.

Pero se dio cuenta de que podría ayudar más a la humanidad buscando las causas genéticas de las enfermedades. Pero a pesar de los éxitos revolucionarios, es para algunos colegas el “enfant terrible” de la investigación genética por el negocio que hace con sus descubrimientos.

El pionero de la genética unificó empresas que poseía y fundó el Instituto J. Craig Venter en Rockville, cerca de Washington, y en San Diego (California).

Desde allí con frecuencia sale a navegar con su embarcación “Sorcerer II” y recoge microorganismos que viven en el lecho marino.

“Conocemos sólo un uno por ciento del universo de las bacterias”, explicó Venter y dijo estar convencido de que en ese universo está la clave del futuro.



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