Lima, oct. 17 . Hace una semana, la Academia Sueca anunció a Tomas Tranströmer como el sucesor de Mario Vargas Llosa en el Nobel de Literatura y aunque el nombre de este poeta sueco se veía en varias cábalas al galardón desde hacía un par de décadas, para muchos era un desconocido.
Incluso, el autor de La ciudad y los perros reconoció a la prensa que aún no lo leía.
Pero, a pesar de lo poco difundida que es su obra, algunos poetas peruanos, colegas de Tomas Tranströmer, sí lo conocen y han leído.
Tal es el caso de Víctor Ruiz Velasco, quien también es el responsable de la editorial Lustra. Él comenta que desde hace unos años está tras la publicación de libros del autor sueco en el Perú.
Explica que hace un par de años estableció contacto en la feria de Fráncfort con los representantes de Tranströmer, el mayor poeta escandinavo vivo.
Se había proyectado hacer una coedición con otro sello venezolano. Sin embargo, después del anuncio del premio, Ruiz Velasco manifiesta que tal vez varíen los planes. Asegura que están evaluando sacar una edición especial para el Perú antes de que acabe el año o, máximo, fin del verano de 2012. Aún no se ha decidido entre antología o un libro en especial con material a ser lanzado bajo su sello.
Tradición nórdica
Otro que conoce de la obra de Tranströmer es Jerónimo Pimentel. Una curiosidad es que su acercamiento a este autor se ha dado más por lo que circula en internet que en libros de papel.
Para él es una gran noticia que una editorial peruana se anime a publicarlo por estos lares, y habla muy bien de su olfato que los tratos se hayan iniciado desde antes que le otorguen el Nobel.
Pimentel comenta que a él le atrae del escritor sueco lo ecléctico de su registro. Menciona que tiene ese tono reflexivo e intimista propio de los autores nórdicos, pero a la vez trasciende su tradición. “No se mira el ombligo”, apunta el poeta peruano.
Hace notar, por ejemplo, que ha adoptado géneros propios de otras culturas, como el haiku japonés.
Una observación similar nos da Roxana Crisólogo, quien también le encuentra las características de la poesía nórdica.
Crisólogo, residente hace varios años en Finlandia, indica que su arraigo a la tradición de esta zona se percibe en “la forma de tratar temas como el silencio, la nieve, el frío”.
Añade que “tiene un tono práctico, como son los nórdicos, breves, concisos, este clima y oscuridad los hace así”. La poeta también señala que ha tenido oportunidad de constatar el respeto que se le tiene a Tranströmer en los países escandinavos.