Jueves, 12 de Diciembre del 2024
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Puno: Una historia que no debe repetirse

Publicado el 06/07/11

Los últimos sucesos ocurridos en Puno demandan la necesidad de establecer un punto de quiebre para la ejecución de políticas que garanticen la estabilidad jurídica en el  País  y  de una Nación que ha optado desde hace poco menos de 200 años por ser una república democrática  y que basa su existencia en el respeto a la ley, ya que sin esta sería inconcebible la convivencia armónica de una sociedad que tenga  objetivos e ideales  de  bienestar, justicia , seguridad  y  desarrollo para  nuestro País.

Sin embargo creo que el principal problema de nuestro  Perú es  su  fragilidad institucional,  la inequidad en la aplicación de la ley y  la debilidad del  Estado  para imponer autoridad en el cumplimiento de su mandato.

Como puneño puedo decir al igual que otras voces que  manifestaron su tristeza y desazón de ver con impotencia como unos  hacen otra  ley con sus manos, violando la paz, la tranquilidad y los derechos de los demás  sin que el Estado cumpla con su mandato, con su obligación de garantizar el cumplimiento de la ley, aquella que crea las obligaciones y responsabilidades para los que aceptamos el sistema de orden legal, que nos formalizamos y aportamos  aquello llamado impuestos que permite a la administración del Estado financiar programas sociales, construir carreteras, hacer escuelas , obras de electrificación rural, dotar de recursos a gobiernos locales y regionales , que hace posible  que  todos nos beneficiemos  de nuestra  vida en comunidad y podamos   coexistir en Paz y  tranquilidad si todos respetamos y aceptamos cumplir la  ley.

Me preocupa Puno y  su turismo, conozco a muchos empresarios  que se hicieron desde abajo, con seguridad  que el  Estado no les regaló sus hoteles ni sus vehículos de transporte de turistas, conozco historias  empresarios hoteleros de hoy y que ayer cargaban maletas de turistas, y que se rompieron la espalda  para  tener lo que ahora tienen; hoy,  escucharlos otra vez emprendiendo el desafío de  lavarle la cara a Puno para que los operadores internacionales puedan nuevamente incluir al lago Titicaca como destino turístico.

Lamentablemente  eso  no es lo peor, lo será cuando aquellos que vieron lo fácil que es saquear una ciudad, quemar muebles, inmuebles, vehículos  y desaparecer  documentación con antecedentes  policiales, penales  y procesos de defraudación  fiscal sin la menor resistencia, quieran hacerlo de nuevo.  Durante el asalto  a  los almacenes de aduanas y a las casas comerciales  pudieron  llevarse  todo lo que podían  en camiones gracias  a que tenían el control del tránsito de la vía Puno – Yunguyo  y Puno – Desaguadero; tuvieron además el control  de la ciudad  bajo amenaza  de agresión a todos los residentes que  solo atinaban a esperar en sus casas si policías, sin fuerzas armadas, sin Estado.  En estas circunstancias se realizaron los  más deleznables saqueos a la propiedad pública y privada y se llevaron muchos millones en mercancías.

La pregunta que me hago es ¿Qué pasará la próxima vez cuando ya no sea suficiente y decidan irrumpir en la propiedad de los ciudadanos residentes?

Para los que vivimos esos momentos de atropello, resulta indigno ser objeto de semejante vejación ya que por primera vez se pudo  presenciar un estado de sitio establecido  por una turba que violaba  los principios fundamentales del derecho, que violaba  la propiedad  y  la tranquilidad de los demás y a pesar de ello ver atónitos como el Estado no solo perdía autoridad, sino sucumbía a la ilegalidad.

Esta  es la  estrategia del comunismo extremista, que ha sumado a su plataforma de ideologización  la defensa de los derechos humanos, los conceptos de conservación  medioambiental y los conceptos de etnias,  indigenismo  y pueblos  originarios ,   son parte de un trabajo sistemático  que se viene realizando a través de ONGs desde hace mucho tiempo,  por eso demando a la opinión pública no caer en el juego de  difundir la protesta  en Puno como la protesta del  Pueblo Aymara  ya que estaríamos  aglutinando  en posiciones étnicas  las movilizaciones  promovidas por comunistas radicales utilizando el nombre de una nación con la cual me identifico y por la cual  tengo  el más profundo cariño y respeto.

Pienso que el Pueblo Quechua y Aymara, debe estar atento a no sucumbir a los liderazgos que puedan llevarnos  al atraso y a la pobreza, como alguna vez en una discusión con Abran Cahuna  pro-senderista convicto y confeso le dije,  “El negocio de ustedes es la Pobreza en Puno y ciertamente mientras esta exista  tendrán algo que decir y mucho por qué azuzar”.

Sé que muchos Aymaras y muchos quechuas  me entenderán, aunque por ahora  quizá no tantos, pero ya no debemos seguir callados.

Puno necesita inversiones para generar empleo  para nuestros jóvenes, los radicales   dirán que  se pretende  atraer capitales  imperialistas para esclavizar a nuestro pueblo.

Necesitamos  minería  formal porque tenemos enormes yacimientos  que pueden generar riqueza y oportunidades para todos cuidando y preservando el medio ambiente ya que en la minería formal eso se puede asegurar, los radicales dirán que quieren quitarle la tierra a los campesinos para llevarse  todas nuestras riquezas.

Necesitamos  formalizar el comercio pagando un impuesto mínimo,  creando  la  zona de tratamiento comercial y así evitar que la represión solo caiga  en el pequeñito que incautan y decomisan su mercadería en los controles de aduana. Los radicales dirán que se le quiere robar al pueblo el fruto de su trabajo para que los corruptos se lleven la plata, buen argumento para que sigan  lucrando las culebras.

Se debe imponer el orden  frente a  la minería  informal, rescatar del abuso de la explotación laboral y sexual de tantos menores de edad en esa tierra de nadie, decretar la revisión de las concesiones mineras y reubicar a miles de trabajadores hacia empleos dignos y quebrar una estructura enmarañada en el caos y la desidia del Estado. Los radicales dirán que les quieren quitar su  fuente de ingresos y que la defenderán con su vida.

Finalmente debemos promover el respeto al derecho de los demás, no es admisible  la posibilidad de que los actos ocurridos en Puno vuelvan a repetirse, no podemos  los que creemos en la democracia y en el País  aceptar  una violación de nuestros derechos  por la ausencia del Estado que no asume su  rol y su responsabilidad por que ante tal ausencia no nos quedará  más a los ciudadanos  que  crear nuestras propias barricadas  y establecer nuestro propio sistema de defensa que nos permita garantizar la integridad de nuestra propiedad y la seguridad  de nuestras familias, creo que es tiempo de pensar en prepararnos para afrontar hechos similares.

 



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