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Dramaturgo peruano Hernando Cortés falleció a los 84 años

Publicado el 08/07/11

Lima, jul. 07 . El célebre dramaturgo peruano, Hernando Cortés, falleció en la víspera a los 84 años de edad, luego de una fructífera vida como actor, director, escritor y docente de teatro.

Profesor sempiterno en la universidad de San Marcos, Cortés escribió obras como La ciudad de los reyes (1967), El tonto que movió las montañas (1986), El juego de damas del caballero (1991) o Estación Desamparados (1993).

Hombre genial, seguidor de Bertolt Brecht, tuvo una vida emocionante y llena de excentricidades. “Disfrutaba” del paludismo en su Piura natal, hasta venir a Lima.

Quiso ser psicólogo, pero no existía aún esa carrera en el Perú, así que ingresó a medicina, pero también la abandonó para trasladarse a derecho, tras espantarse en una operación quirúrgica.

Llegó a Europa en esos estudios, a la Universidad de Salamanca. Vio ensayos de las obras de Brecht y hasta se hizo amigo de su esposa, Helene Weigel.

Su legado

A su regreso al Perú, montó varias de sus obras, además de su trabajo como docente, que ejerció hasta los 80 años, y fue director del Teatro Universitario de San Marcos (TUSM).

Son memorables sus adaptaciones de autores expresionistas, como Discurso a la academia, de Kafka, o su versión de La última cinta de Krapp, de Samuel Beckett.

En 2009 Cortés presentó los primeros tres tomos de su teatro completo. En el primer tomo podemos encontrar La ciudad de los reyes, Estación desamparados y La gran Lima. El segundo tomo estaba dedicado al teatro histórico y el tercero a los chicos. En aquella ocasión nos leyó un fragmento de una de las obras incluida en su trilogía limense.

Asimismo, en 2010 presentó los siguientes tres tomos: Trilogía de la violencia, Fantasmas y otras piezas breves y Machu Picchu (Comedias de fantasía, de amor y de muerte).

Sin duda un gran legado, pero no el único de esta figura cuyas respuestas frontales, su ironía y su inteligencia, usando pocas palabras, no será olvidadas. Descansa en paz, maestro.

Julio Ramón Ribeyro le dedicó su cuento “Al pie del acantilado”. Cortés fue su compañero de tertulias en Europa, director de la primera representación de su pieza teatral Atusparia (1981) y padrino de su hijo.



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