A 3.100 metros de altura sobre el nivel del mar, biólogos, universitarios, ambientalistas, médicos, abogados y hasta una vendedora ambulante de chocolates se despojaron de sus ropas en ese corregimiento para ser los ‘modelos’ del fotógrafo David Navarro, autor de la iniciativa con la que, según él, desea dar un mensaje artístico para la preservación de los páramos.
“Habían confirmado su presencia 175 personas y eso me da un poco de tristeza porque Albert Einstein decía que la vida es peligrosa no por la gente que hace mal, sino por la que no hace nada por evitarlo”, dijo Navarro.
En menos de 15 minutos, el fotógrafo obturó en varias oportunidades su cámara fotográfica para captar los instantes en que las 16 personas corrieron y permanecieron erguidas en ese ecosistema de páramos seco y húmedo, con 142 especies de flores y 43 clases de animales.
Martín Blanco, la primera persona en llegar a la cita, precisó que “los recursos naturales no pueden ser negociados y por eso es mejor que la gente se desnude ahora para evitar que más tarde la naturaleza nos castigue. Los que negocian los páramos deberían desnudar sus corazones y almas”.