Miercoles, 24 de Abril del 2024 
Los republicanos se han hecho esta tarde con el control de la Cámara de Representantes y ya han vaticinado que el trabajo se enfocará en la economía y el creciente déficit federal. “Al 112 Congreso se le exigirá trabajo duro y decisiones difíciles”, afirma John Boehner, el sustituto de Nancy Pelosi como portavoz de la Cámara. Boehmer ha sido electo en votación para presidir la Cámara mientras que Pelosi pasará a ser la líder de la minoría demócrata.
A su juicio, el gasto del Gobierno estadounidense “nos ha pasado factura, y nuestra deuda pronto eclipsará el tamaño de toda nuestra economía”. “Ya no podemos seguir posponiendo las decisiones. La gente votó para poner un fin y hoy comenzamos a llevar a cabo sus instrucciones”, dice otra parte del discurso.
Sus palabras marcarán el tono de la nueva Cámara, con la mayoría obtenida tras ganar 63 escaños más en las elecciones legislativas del 2 de noviembre. Pero no todo será un lecho de rosas para los republicanos. Boehner tendrá que lidiar con el ala de extrema derecha de su partido, partidarios del movimiento Tea party, que entran también hoy en el Congreso.
En la Cámara de Representantes, los republicanos son 242 -se requiere una mayoría simple de 218 votos para aprobar leyes- y los demócratas, 193. El número de nuevos miembros en la Cámara Baja es de 87 republicanos y nueve demócratas. En sus funciones como presidente del Senado, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, tomó juramento a los 21 miembros de la Cámara Alta que ganaron la reelección y a 13 nuevos miembros, todos republicanos menos un demócrata.
Los republicanos de la Cámara, que quieren estar a la altura de sus promesas campaña, se han comprometido a derogar la ley de reforma a la salud pública aprobada por el presidente Barack Obama, ya que a su juicio “destruye empleos”.
Otra prioridad de la nueva mayoría republicana, fiel a la promesa de austeridad fiscal que hicieron a los votantes en los comicios de noviembre pasado, será eliminar un total de 100.000 millones de dólares de los gastos para programas internos este año.
Los líderes republicanos no han precisado qué programas sufrirán recortes, pero sí han dejado en claro que se salvarán los gastos relacionados con la defensa, la seguridad nacional y los servicios a veteranos.
Cualquier medida que aprueben los republicanos en la Cámara de Representantes podría afrontar un muro de resistencia en el Senado, donde los demócratas aún tienen una ventaja numérica y pueden bloquear esos proyectos. Además, el presidente Barack Obama podría recurrir a su poder del veto de medidas que contengan los recortes.
Los republicanos también aprovecharán su nueva mayoría en la Cámara de Representantes para ordenar investigaciones de todo tipo, entre ellas las filtraciones de Wikileaks.
