Unos agentes devoraron las pizzas que llegaron a la escena del crimen y eran evidencia.
La pizza fue solicitada por un grupo de malvivientes que le tendieron una trampa a un ‘dealer’ de drogas para que les hiciera una entrega. Cuando éste llegó con la mercancía fue retenido contra su voluntad y brutalmente atacado y golpeado.
El joven que cayó en la trampa logró huir de sus captores por la ventana y avisó a la policía de lo que pasaba en la casa. Cuando la policía llegó los malvivientes habían huido.
Y ahí fue cuando llegó la pizza, pedida por los criminales antes de huir. Sin darse cuenta los agentes de Hertfordshire, Inglaterra; se devoraron la evidencia. Afortunadamente, tiraron las cajas en el asiento trasero del patrullero y de esa forma, más tarde, descubrieron que en el cartón el empleado del restaurante había escrito el nombre, la dirección y la hora en la que los criminales habían llamado.