«El satélite consta de receptores de precisión y de una antena con un diámetro de hasta 100 metros», según explicó el experto espacial Ted Molczan. Sobre sus tareas, se cree que realizará escuchas masivas desde una órbita geoestacionaria a 36.000 kilómetros de altura.
El satélite fue lanzado a bordo del Delta-4, de 72 metros de altura, el mayor cohete con el que cuenta el país para misiones no tripuladas de este tipo.
El director del Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO), Bruce Carlson, contó que se trata de una cadena muy importante de lanzamientos para reemplazar satélites que quedan obsoletos.
«Compramos la mayor parte de nuestros satélites con una vida útil de tres, cinco u ocho años, pero los tuvimos en el espacio diez, 12 o hasta 20 años», explicó Carlson.
La expulsión del NROL-32 es el segundo en dos meses, después de que el 20 de septiembre se enviara al espacio el NROL- 41. Hasta finales de marzo el organismo lanzará al menos otros tres equipos de máxima tecnología desde Cabo Cañaveral o desde la base aérea californiana de Vandenberg.