La joven cantante Killary lanza su primer disco como un homenaje musical a los diversos ritmos folclóricos que engrandecen históricamente a toda Latinoamérica. La placa homónima, producida por Mino Mele, será presentada en sociedad este sábado 4 de diciembre sobre la tarima del Auditorio de la Derrama Magisterial (Gregorio Escobedo Nº 598 Jesús María), a partir de las 7:30 de la noche. El recital, denominado “Bajo la Misma Luna”, promete una gran puesta escénica con más de 10 músicos en vivo y tiene como invitado de honor al trovador cusqueño Lalo Salazar. Reservaciones a los teléfonos 462 1883 – 788 7862.
“Killary”, vocablo en quechua que significa Luz de Luna, es el nombre de esta nueva exponente nacional que tiene como propuesta un sonido Folkpop lleno de diversos estilos musicales altiplánicos como la cueca, el huayno, la chacarera y las danzas Tínkus con arreglos musicales contemporáneos. Destacan en esta entrega discográfica una versión en saya de “Solo le pido a Dios” del gran cantautor argentino León Gieco y “Tus Ojos”, un reggae folk compuesto por Sebastián “Delfín” Tagle y Moisés Carpio.
Killary, con solo 21 años a cuestas, es una artista formada bajo la herencia de sus padres y abuelos músicos. Desde sus primeros días a realizado una gran cantidad de presentaciones artísticas en variados escenarios, tanto rurales como citadinos, su canto estuvo siempre acompañado de zampoñas, quenas, guitarras y charangos, sonidos que le han dado orgullosamente un claro sesgo de identidad rural y alto andina.
“KILLARY” es un vocablo quechua que en el mundo andino significa “Luz de Luna” y que encierra como palabra un profundo significado de género y poesía naciente dispuesta a brillar como la luna llena. Killary, es el nombre de esa niña, ahora mujer, que desde los primeros años amaba la música aprendida de sus padres y abuelos, cantando sus canciones con la naturalidad trasmitidas por los cerros, ríos y montañas que la vieron crecer, paisaje andino que le impregnó el sello mágico de la identidad y amor a la madre tierra.
Killary, cantó desde niña, incentivada por la actividad musical de sus padres, desarrolló una gran cantidad de presentaciones artísticas en diversos escenarios, tanto rurales como citadinos, su canto estuvo siempre acompañado de zampoñas, quenas, guitarras y charangos que le daban orgullosamente un claro sesgo de identidad rural y alto andina.
Cusco, Puno y Arequipa, con sus escenarios, fueron testigos del crecimiento musical de Killary, las vivencias y reconocimientos fortalecieron su canto e identidad. Lo latinoamericano y la modernidad musical, hoy globalizada, no llegó a opacar y relegar a su memoria genética ancestral, la influencia del quechua y el aymará, hacen de su canto un reconocimiento a lo andino. Sus viajes y recorrido por diversos escenarios, le hicieron comprender la esencia multicultural de nuestra raza peruana que, con el correr del tiempo, se va fusionando sin perder sus raíces y esencia cultural, de la misma forma, Killary, hoy en la ciudad, hace de su canto andino, el reflejo de lo contemporáneo y moderno, fusionando formas melódicas sin perder la esencia andina y ancestral; lo que se refleja en sus primeros discos testigos de su crecimiento musical.
Los tímidos intentos de componer, se convierten ahora, en una necesidad para crecer con la búsqueda de un estilo y forma musical de propio sello que adorne a su voz. Killary empieza hoy una nueva etapa de creatividad, sobre la base de su aprendizaje y desarrollo académico universal de la música, como la que viene recibiendo actualmente en la Escuela de Música de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Todas estas experiencias hacen de Killary un diamante dispuesto a pulirse hasta lograr la forma y belleza inherente a su calidad artística, ella misma irá moldeando y enriqueciendo su forma y estilo musical apoyada en sus vivencias, en madurez que le dan los años, su memoria andina y el compromiso que ella tiene consigo misma y con la sociedad. Killary en la búsqueda de su camino, viene estudiando la música y su connotación académica como soporte de sus creaciones, basadas siempre en lo ancestral y multicultural de nuestra realidad, adornada de instrumentos andinos y modernos, los que unidos a su hermosa voz, darán como fruto un canto moderno, con identidad y con un mensaje de amor por la vida, que ella misma denomina “Folclor Contemporáneo”.
Actualmente, Killary despliega una importante labor en la Escuela de Arte y Folclor Alturas generando nuevos valores y personas comprometidas con el arte su esfuerzo y dedicación hacia la Escuela es motivo de orgullo para todos los que la respetamos como persona y como artista nacional.
EAF “ALTURAS”