Martes, 23 de Abril del 2024 
Al menos 11 personas murieron y otras 28 resultaron heridas en un atentado suicida perpetrado hoy en la provincia de Baluchistán, en el suroeste de Pakistán, informó la policía y fuentes hospitalarias informa la agencia alemana DPA.
El terrorista suicida se hizo volar por los aires en el aparcamiento de un hospital del Estado en la ciudad de Quetta.
Según la policía, el atentado iba dirigido contra un grupo de musulmanes chiitas que se habían congregado frente al hospital, donde un familiar suyo había ingresado horas antes tras resultar herido en un ataque armado. El chiita hospitalizado sucumbió más tarde a sus heridas.
En el atentado con bomba murió también un policía de alto rango, que en el momento de la explosión atendía a la prensa en el hospital para informar acerca del ataque anterior contra el fallecido miembro de la comunidad chiita.
Además perdieron la vida un camarógrafo de una televisión local y otros cinco periodistas y camarógrafos resultaron heridos.
Los agentes de policía y guardas de seguridad frente al hospital lanzaron disparos al aire en señal de advertencia después de que se produjera la explosión, mientras los equipos de rescate trasladaban a los heridos y muertos a otro centro hospitalario cercano.
De acuerdo con las fuerzas de seguridad, el ataque se perpetró con una carga explosiva de entre diez y 15 kilogramos. La virulencia de la explosión dañó la sala de emergencias del hospital y quebró las ventanas de los edificios colindantes.
Las autoridades desplegaron, además, a efectivos paramilitares cuando la multitud enfurecida de musulmanes chiitas atacó a la policía y a los funcionarios sanitarios en el hospital. Se vieron obligados a bloquear a su vez una carretera cercana y obligaron al cierre de los comercios y las instituciones educativas en ese área.
En Pakistán son frecuentes los enfrentamientos sangrientos entre chiitas y sunitas. Alrededor del 80 por ciento de la población paquistaní, de más de 150 millones de personas, es sunita.
Además, algunas zonas de la provincia de Baluchistán, que colinda con las convulsas provincias afganas de Helmand y Kandahar, son utilizadas como refugio por combatientes talibanes y terroristas de Al Qaida
