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La policía iraní impide el homenaje a las víctimas de la represión

Publicado el 30/07/09

Neda Agha SoltanLa policía iraní ha dispersado a unas 1.000 personas que se han reunido en torno al cementerio en Teherán donde están enterradas la mayoría de las víctimas de la represión de junio. El líder opositor, Mir Hosein Musaví, ha acudido al acto pero se ha visto forzado a abandonarlo en coche cuando han comenzado las cargas. Sus partidarios se han apiñado en torno a su vehículo y han cantado “Musaví, estamos contigo”. La policía ha arrestado a varios de los manifestantes. “La policía ha forzado a Musaví a volver a su coche y abandonar el cementerio. Están advirtiendo a los congregados de que deben abandonar el cementerio o hacer frente a las consecuencias”, informa un testigo citado por la agencia Reuters. Otro de los candidatos reformistas derrotados en las elecciones presidenciales, Mahdi Karrubí, ha asistido al lugar y cuando la policía lo ha rodeado, los manifestantes han lanzado piedras.

Musaví ha conseguido acercarse a la tumba de Neda Agha-Soltan, la joven cuya muerte, recogida en vídeo, ha circulado masivamente por Internet y que se ha convertido en un símbolo para el movimiento opositor, pero no ha podido leer los versos del Corán que son habitualmente recitados en las ceremonias de luto. Se cumplen hoy 40 días de su fallecimiento, una fecha significativa porque supone el fin del período de luto chií. La madre de Neda Agha Soltan había anunciado que asistiría al cementerio.

La Guardia Revolucionaria iraní había advertido de que reprimiría cualquier acto público que fuera “en contra del estamento clerical”, horas antes de que comenzara la ceremonia. El acto había sido convocado por los dos candidatos reformistas derrotados en las elecciones presidenciales, Musaví y Mahdi Karrubí, en el cementerio de Behest-eZahra, al sur de Teherán, a las 16.00 horas (13.30 en España) para recordar a las víctimas de la violencia postelectoral. A las 18.00 hora local (15.30 en España) los líderes han convocado otro acto en el musala, la gran mezquita de Teherán, pero las autoridades iraníes lo han prohibido.

“No estamos de broma, nos enfrentaremos a todo aquel que quiera oponerse al estamento clerical”, había declarado Abdolá Araghi, director de la Guardia Revolucionaria de Teherán, citado por la agencia de noticias semioficial Fars. El líder supremo de la Revolución islámica, el ayatolá Alí Jamenei, también había prohibido la celebración de cualquier concentración numerosa. La policía antidisturbios ha desplegado un fuerte dispositivo en torno al cementerio de Behest-eZahra, una hora antes de que comience el acto.

Se teme que nuevamente se produzcan enfrentamientos callejeros si asiste un gran número de manifestantes al complejo del musala. La zona que rodea a la mezquita es un conjunto de callejones, un paisaje urbano en el que las milicias basiyís podrían acorralar a los partidarios opositores, a diferencia de las amplias avenidas como Enghelab o Azadí, donde se produjeron la mayoría de los choques en junio.

Los últimos disturbios entre policías y manifestantes se produjeron el 9 de julio cerca de la Universidad de Teherán, cuando la policía utilizó gas lacrimógeno para dispersar a los congregados que conmemoraban el décimo aniversario de las manifestaciones estudiantiles de 1999.

En los meses que precedieron al derrocamiento del sha, durante la revolución de 1978-79, se produjo un ciclo de protestas cada 40 días, ya que los manifestantes convirtieron las ceremonias de luto en manifestaciones políticas que eran reprimidas y desembocaban en mayores protestas.

Gestos del Gobierno hacia la oposición

En estas protestas murieron al menos 20 personas, según cifras oficiales, y miles de manifestantes fueron detenidos. Otras informaciones no oficiales hablan de un centenar de muertos. En los últimos días el Gobierno ha hecho gestos hacia la oposición, que han incluido la liberación el martes de 140 detenidos y la promesa de que mañana saldrían a la calle otros 200 opositores.

La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, urgió ayer a Teherán para que liberara a los detenidos. “Creemos que es imperativo que las autoridades suelten a los prisioneros”, dijo en una conferencia de prensa en Washington junto al ministro de Exteriores británico, David Miliband. La agencia oficial de noticias iraní IRNA informó ayer de que el sábado comenzaría el juicio contra 20 imputados por los disturbios postelectorales, a los que se acusa de poner bombas, portar armas, atacar a las fuerzas de seguridad y de contactar con el partido ilegalizado y dirigido desde el exilio de Los Muyahidín del Pueblo Iraní.

El Pais.

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