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El Mundo conmemora el Día Internacional de la Paz en guerra contra la pandemia
19/09/2020 Internacional

El Día Internacional de la Paz se celebrará el 21 de setiembre con el fin de fortalecer la idea de la paz entre las naciones y pueblos del mundo.

Cuando algunos creyeron que habían terminado los largos y peligrosos conflictos con el fin de la Guerra Fría, la muerte de más de 2.5 millones de personas desde 1989 nos revela que todavía estamos lejos de construir un mundo de cooperación y concordia.

Este día, que se celebró por primera vez el 21 de setiembre de 1982 y que la ONU comenzó a promocionar a partir del 2001, crea un espacio para reflexionar acerca de millones de personas que sufren cada día como consecuencia de la violencia de los conflictos armados de todo tipo.

Guerras fantasmas

Uno de los problemas es el predominio de las ‘guerras fantasmas’ en el mundo. Son aquellas que poco importan a las grandes cadenas de noticias internacionales por motivos que van desde la distancia de los hechos, el peligro latente para los periodistas, la carencia de la logística necesaria con el fin de realizar una cobertura hasta la falta de interés de la comunidad internacional y, en especial, de las grandes potencias.

El mundo colocará en el foco de la noticia el conflicto entre Estados Unidos e Irán, pero a muy pocos le interesan las disputas armadas en Mali, Niger, la República Centroafricana o Sudán del Sur, donde han muerto cerca de 100,000 personas.

Ninguno de ellos despierta el interés mediático de los canales de televisión, ni el interés estratégico y político de las potencias para tomarse en cuenta pese a la ferocidad de los combates que se producen prácticamente todos los días y la cantidad de personas que huyen de sus hogares en busca de refugio.

El problema se agrava con la pandemia del coronavirus debido a las pobres condiciones sanitarias y el tremendo hacinamiento con que viven millones en los lugares en conflicto. Normas como la distancia social, el lavado de manos y el uso de mascarillas son un lujo para la gran mayoría de ellos.

Las reiteradas imágenes de la violencia crónica en Siria han hecho perder el interés de la comunidad internacional luego de la derrota del grupo terrorista ISIS.

Estados Unidos ya abandonó a los rebeldes que combatían al presidente sirio, Bashar al-Asad, en un conflicto armado interno que cumplirá una década y que ha dejado más de 360,000 muertos y 12 millones de refugiados.

En Yemen, cinco años de guerra civil entre fuerzas separatistas del sur y el ejército de hombres leales al presidente Al-Hadi afecta a más de medio millón de personas, de las cuales, de acuerdo con la agencia de noticias Efe, el 41% son menores de 15 años.

También existen conflictos que parecen no tener fin. Estados Unidos negocia con los talibanes su retirada definitiva de Afganistán, luego de que el presidente George W. Bush, en noviembre del 2001, comenzó su ofensiva para castigarlos por su apoyo a Osama bin Laden.

Veinte años de intervención militar no lograron el objetivo político de derrotar a los talibanes. Otro conflicto sin resolver es el de Israel y Palestina. La novedad es que el gobierno de Ramala está perdiendo el apoyo de países árabes.

En la África olvidada, las luchas étnicas, el autoritarismo, la corrupción, los intereses geopolíticos regionales y el hambre afectan a Níger, Chad, Camerún, Nigeria o la República Centroamericana sin que la comunidad internacional encuentre una solución.

Mención especial merece Sudán del Sur, país que nació en el 2013 tras independizarse de la República de Sudán. Sin embargo, ambas partes ingresaron a una guerra por el control de la riqueza en diamante, oro, plata, zinc. Los más perjudicados son la población que sufre de hambre. La comunidad internacional no se abastece para socorrer a las víctimas de este conflicto.

Un balance

De acuerdo con la base de datos de la Universidad de Upssala del 2019, la derrota de ISIS ha permitido la disminución del número de víctimas en Siria e Irak. Sin embargo, 31,200 murieron en Afganistán, cifra que equivale al 40% de las víctimas mortales por guerras en el mundo el año pasado.

La misma base de datos revela que hay 54 conflictos estatales vigentes, la mayor cantidad desde el 2016, y África tiene 25 conflictos activos.

Hoy más que nunca se requiere la intervención internacional para apagar estos conflictos que parecen caer en el olvido en un mundo más preocupado por la pandemia.

Múltiples tipos

La paz en la historia ha tenido múltiples significados y tipos. La palabra latina ‘pax’ está asociada a la ‘pax romana’ que tenía un significado político específico: la ausencia de rebeliones de los pueblos considerados bárbaros que limitaban con el imperio romano.

Paz como ausencia de guerra. Por siglos, el hombre consideró que la guerra era parte de la situación natural de los estados que deseaban mayor poder, recursos y dominar a sus vecinos. Pero fue el filósofo alemán Immanuel Kant, autor de La paz perpetua, quien señaló que pese a las “raíces naturales” del hombre para hacer la guerra, podía utilizar la razón para modificar aquel estado natural. En la práctica, las repúblicas podían formar una federación de estados democráticos.

Paz como equilibrio de fuerzas. A partir de la Primera Guerra Mundial, la paz se asocia a la capacidad de los países de mantener un equilibrio estratégico en las esferas militar, económica y tecnológica entre las naciones antagónicas. Los conflictos armados se producirían si se rompía dicho equilibrio de fuerzas en el sistema internacional.

Paz estructural. El investigador noruego Johan Galtung hizo una diferenciación entre la violencia directa, referida a la agresión directa en un conflicto armado; y la violencia estructural, asociada a la injustas relaciones económicas y sociales que existen en un país. De esta manera, la paz sería la ausencia de ambos tipos de violencia.

Paz positiva. Los cambios en la Iglesia católica por el Concilio Vaticano II produjeron la encíclica Paz en la Tierra (1963), que establece como condición los valores de la verdad, la justicia, el amor y la libertad entre las personas.

Paz feminista. El avance de los reconocimientos de la mujer en la sociedad impulsó nuevas reflexiones acerca de la violencia. El feminismo destaca la relación entre hombres y violencia. Por ejemplo, una forma masculina de enfrentar los conflictos es la guerra, mientras que las mujeres optan por estrategias de negociación.

Paz con el medioambiente. La nueva conciencia ambientalista, que se consolidó con el Acuerdo de París acerca de la necesidad de reducir el calentamiento global, produce ideas como el ecodesarrollo y el desarrollo sostenible. Por ello, el hombre debe mantener la paz con el medioambiente debido a que sus recursos son finitos.

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