Martes, 19 de Marzo del 2024
turismo



Exposición COLECTIVA: “EL TIEMPO DEL FIN”

Publicado el 16/03/18

Del 16 de marzo al 8 de abril

Galería ICPNA Miraflores (Galería ICPNA Miraflores)

Ingreso libre

 

 

El espacio El Dorado, uno de los principales puntos de difusión del arte contemporáneo en Bogotá, Colombia estará presente en Lima con la exposición “El tiempo del fin”, muestra multidisciplinaria de nueve artistas que se preocupan por temas como el cuerpo, el territorio, el dolor, la intimidad, las fronteras y el ser. Se podrá visitar del 16 de marzo hasta el 8 de abril en la Galería ICPNA Miraflores.

“Las obras que tenemos en esta exposición se acercan al rezago católico en el arte contemporáneo colombiano de dos maneras: la búsqueda por sacralizar lo común y las estrategias que se usan para hacerlo”, anota Valentina Gutiérrez curadora de la muestra y directora de El Dorado. “Los artistas repiten, reiteran y ritualizan ciertas formas de proceder; juegan con los límites entre el control y el dolor, expían culpas y hacen sacrificios simbólicos para asegurarse de estar presentes.

En esta muestra colectiva podremos encontrar instalación, fotografía, pintura y dibujo en las obras de los artistas Leonel Castañeda, Antonio Castles, Ana María Gómez López, Camilo Leyva, Santiago Montoya, Julieth Morales, Luz Adriana Vera, Alejandro Salcedo y Bernardo Salcedo.

Espacio El Dorado

Galería de arte contemporáneo ubicada en Bogotá. Su nombre viene de la leyenda de El Dorado pues, aunque nunca se encontró esta ciudad de oro, la ilusión fue suficiente para hacer lo imposible. Eso es lo que busca mostrar El Dorado: ideas ambiciosas y aparentemente imposibles, proyectos que cambian profundamente la identidad del artista, el espacio y la escena del arte. El espacio ha sido invitado a participar en importantes ferias de arte como  ARTEBA (Argentina), ARTBO (Colombia), ARTISSIMA (Italia). Este año participarán en PArC Lima, en la sección de nuevas propuestas.

 

Sobre las obras

 

Bernardo Salcedo, con su serie Planas y Castigos enfatiza frases que están insistentemente repetidas en sus cuadernos de infancia y que se han convertido en máximas a pesar de su falta de sentido. Esta obra muestra cómo estas estrategias pedagógicas construyen imaginarios y corrigen desviaciones que puedan darse.

 

El número áureo o la proporción divina es un número irracional al que se le atribuye un carácter estético, casi místico. Las pinturas religiosas hechas en el renacimiento y el barroco respetaban esta proporción para enfatizar en la divinidad de las figuras representadas. Alejandro Salcedo desarrolla su trabajo en torno a la espiral dorada, un derivado de esta proporción y la relaciona con el glamour, entendido como un objeto de deseo que es inalcanzable.

Santiago Montoya y Camilo Leyva muestran cómo el arte sigue creando objetos de culto. Leyva trata con humor el lugar de la pintura figurativa dentro de la apreciación del arte, cuestionando la importancia de la autoría y haciendo un comentario sobre la precarización del trabajo en nuestros tiempos. Montoya toma figuras emblemáticas de la narcoestética  y las mezcla con materiales muy cargados simbólicamente con hipopótamos de cacao revestidos con oro, una referencia a los de la Hacienda Napoles de Pablo Escobar.

Los cuerpos y la forma en que éstos son construidos, es otro eje de la exposición. Luz Adriana Vera y Leonel Castañedatrabajan a partir de vestigios, enfrentando los cuerpos divinos y celestiales con la realidad. Antonio Castles utiliza la fotografía de larga exposición para evidenciar la ausencia de cuerpos en la ciudad de Bogotá durante el mundial de fútbol, mostrando como hoy en día hay tradiciones y aficiones que son de culto e idolatría. En sus bodegones, Castles hace un memento mori recordándonos que estamos en el tiempo del fin.

Las ideas de culpa y redención judeocristianas han permeado otras cosmovisiones que existen en el país. Julieth Morales muestra las conexiones que hay entre la cultura mestiza colombiana y la Misak, a la que pertenece. En su performance vemos como el tejido, que en la religión católica suprime el deseo en las monjas, es utilizado con el mismo fin dentro de su tradición.

Por último, Ana María Gómez López usa su cuerpo como objeto de estudio con la intención de poder crear un sistema de circulación externo y expandido, hecho con tubos y jeringas. Estas venas artificiales mantienen su sangre aislada del mundo, aún caliente, aludiendo a posibles formas de vivir, o de renacer.



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