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Los alumnos del IB demuestran su solidaridad con CAS
06/04/2017 Internacional

Creatividad, Actividad y Servicio (CAS) es un componente troncal que todos los alumnos deben completar como parte del Programa del Diploma (PD) del Bachillerato Internacional (IB). En los proyectos de CAS, los alumnos reflexionan sobre sus experiencias como parte del PD y aportan pruebas de haber alcanzado resultados del aprendizaje.

Las tres áreas de CAS relacionadas con actividades específicas se describen de la siguiente manera:

Creatividad: Las artes y otras experiencias que implican pensamiento creativo.
Actividad: Actividades que implican un esfuerzo o desafío físico y que contribuyen a un estilo de vida sano; complementan el trabajo académico realizado en otras asignaturas del PD.
Servicio: Un intercambio voluntario y no remunerado que supone un aprendizaje para el alumno y en el que se respetan los derechos, la dignidad y la autonomía de todas las personas involucradas.

En los proyectos finales, los alumnos presentan reflexiones de lo que hicieron. Tienen la oportunidad de planificar y de realizar lo que ellos quieran a partir de sus intereses personales y su motivación.

Aunque cada alumno tiene un punto de partida diferente, diversas metas y necesidades, para la mayoría las actividades de CAS constituyen experiencias profundas y transformadoras, de trascendencia en sus vidas.

El colegio Casuarinas International College, en Perú, ofrece toda una variedad de proyectos y experiencias entre los que los alumnos pueden escoger para realizar su proyecto de CAS. El colegio trabaja con una organización denominada CONIN, en la zona de Pamplona Alta (Lima), que tiene aproximadamente 20.000 habitantes y donde las familias viven sin agua, sin alcantarillado y sin luz. Esta organización se dedica al trabajo con familias que tienen niños de 0 a 5 años con problemas de desnutrición. CONIN tiene a su cargo 300 familias y el colegio mantiene una alianza estratégica con la entidad durante todo el año. Esto permite que a pocos minutos del colegio, en una ciudad de grandes contrastes como Lima, los alumnos del IB puedan desarrollar proyectos de diferentes características.

Una de las actividades que los alumnos del colegio Casuarinas han realizado fue un taller de cocina para madres adolescentes que reciben ayuda de CONIN. “Recibimos una donación internacional de la Fundación Bayer y nuestro compromiso como colegio y con CONIN era brindarle un servicio a la comunidad. Fue un proyecto muy bonito, que se realizó a lo largo de todo el año. Aproximadamente diez alumnos trabajaron primero para identificar la problemática y luego asumieron el compromiso ligado a la donación y pusieron en marcha este taller de cocina. A partir de los resultados del CAS, nuestros alumnos aprendieron mucho”, dijo Javier Rubiales, coordinador de CAS del colegio Casuarinas International College. “Los chicos registraron su proceso y alcanzaron este resultado, que también celebraron con este grupo de madres adolescentes. Todo quedó recopilado en un recetario que hicieron como un regalo de Navidad. De principio a fin, nuestros alumnos trabajaron en este proyecto de manera colaborativa a lo largo de todo el año.”

Estos talleres de cocina se planificaron con tres ideas fundamentales: que las recetas fueran de bajo costo, que tuvieran un alto contenido nutricional y que fueran una idea de negocio. Los alumnos del colegio Casuarinas trabajaron todo el tiempo con estas tres premisas y, al final, les dejaron el recetario y la experiencia como regalo a esas familias para que puedan implementar lo aprendido.

Otro proyecto que desarrollaron los alumnos del colegio Casuarinas fue la construcción de más de 50 casas de bajo costo. Los alumnos ayudaron a las familias a instalar la cocina y el gas. Durante el año, normalmente se terminan de cuatro a seis casas. Tras identificar las familias de CONIN con las que se trabajaría, se estableció todo un proceso con la metodología de CAS para construirles casas con la ayuda de intercambios internacionales de alumnos y de fondos nacionales. Los alumnos trabajaron también en un proyecto de construcción de una cancha de fútbol para la comunidad. En ella, jugaron y celebraron con los residentes del barrio.

El colegio Casuarinas también colabora con una organización ambiental llamada ORCA Perú, que se dedica a realizar trabajos de rescate, rehabilitación y reinserción de lobos marinos y otros mamíferos marinos. “En 2016, 12 alumnos trabajaron con leones marinos en la playa de San Bartolo a unos 30 o 35 kilómetros de Lima. Los alumnos fueron con nosotros. Consiguen donaciones, trabajan con los lobos marinos y se capacitan sobre el tema. Van tan motivados que terminan yendo por su cuenta los sábados y los domingos, y se quedan de guardia. Van con sus familias, involucran a alumnos de otros grados de acá del colegio”, dijo Javier Rubiales. “A través de CAS, muchos alumnos han encontrado una senda maravillosa de orientación vocacional que los lleva a decidir la carrera que van a estudiar”.

“CAS es importante en la educación porque permite humanizar, sensibilizar más el proceso de aprendizaje de los alumnos. En CAS tienen la oportunidad de hacer realmente lo que quieren, como quieren, con los recursos que pueden conseguir, con quien quieren y provocando un impacto en la comunidad”, concluyó Javier Rubiales.

El Colegio San Jorge en Mendoza (Argentina) también desarrolla varios proyectos de CAS. El colegio participa en un proyecto con la organización FONBEC (Fondo de Becas para Estudiantes) en el cual los alumnos de CAS apadrinan a un niño o una niña de escasos recursos para que pueda estudiar el ciclo escolar completo.

También llevan a cabo un proyecto con la organización CONIN. En el mes de mayo, se recolecta leche y se dona al hospital de CONIN. Esta leche va destinada a los niños que padecen fibrosis quística. Toda la comunidad cercana al colegio colabora. El resultado son muchísimos litros de leche recolectados que llegan a solventar un año de tratamiento para estos niños. Además, se trabaja con esta fundación en otro proyecto donde los alumnos de CAS acuden a un centro denominado “el hospitalito”, ubicado en un sector muy vulnerable de la provincia, y allí brindan apoyo escolar los sábados.

“Hacemos que CAS no sea solamente para alumnos que cursan el Programa del Diploma del Bachillerato Internacional sino que lo empezamos a vivir desde primaria. Los proyectos tienen continuidad y, cuando llegan a nivel secundario, los chicos no se encuentran con algo tan nuevo como es la creatividad, la actividad y el servicio” dijo Marcela Carrizo, rectora del Colegio San Jorge.

Mediante CAS se organizan actividades intercolegiales en las que participan colegios privados cercanos al Colegio San Jorge. Una de ellas es el torneo de fútbol, el torneo más conocido para las alumnas. Los alumnos que cursan CAS son los encargados de contactar con los colegios, de buscar los equipos y de conseguir los premios. Trabajan como si fuesen los monitores de los alumnos en los entrenamientos; también van a los otros colegios y hacen lo mismo. Les comunican cuál es el objetivo en el tema de la integración: fortalecer su cuerpo y espíritu a través del deporte.

En el mes de marzo, el colegio convoca a todas las mamás desde los niveles preescolares hasta el nivel secundario para que colaboren cosiendo frazadas. Cada una de las madres lleva su máquina de coser al colegio y todas trabajan allí. Los alumnos de CAS buscan las donaciones y compran las telas. Se hacen las frazadas y se entregan a los niños recién nacidos del Hospital Lobo Mayor, un hospital de bajos recursos. Las madres de los bebés recién nacidos que están en el servicio de neonatología del hospital no tienen nada para envolver a sus hijos. La promoción de 2013 del colegio organizó esta actividad y ha tenido continuidad. Muchos de los proyectos surgen del interés de los alumnos.

El Colegio San Jorge pasó por la evaluación de los cinco años del Bachillerato Internacional. En ella, el IB le aconsejó al colegio que CAS se compartiera con toda la institución y no solamente con los alumnos que cursan el Programa del Diploma (PD). Los que están en primer y segundo año del PD funcionan como padrinos de los que van ingresando al colegio. Así se va transmitiendo la filosofía y la misión que tiene CAS. Cuando los alumnos llegan a cuarto o quinto año, ya han interiorizado el significado de CAS y la acción solidaria. Estos alumnos trabajan como monitores y les enseñan a los más jóvenes no solo con el ejemplo sino también con las actividades que se realizan. Los van incorporando poco a poco en las distintas comisiones: la de organización, la de la colecta y la de comunicación con los compañeros.

Estas actividades de CAS han tenido un impacto positivo en la comunidad. Por ejemplo, el proyecto de FONBEC les ha permitido a niños en situación de vulnerabilidad terminar todo el ciclo escolar. Los alumnos de CAS les dan seguimiento a sus ahijados durante toda su escolarización. Es más, algunos jóvenes que fueron ahijados ya están estudiando alguna carrera en el nivel terciario. Otros están a punto de graduarse este año o el próximo con un título de profesor de nivel inicial o un título de maestro de primaria.

“CAS va de la mano de la filosofía del Bachillerato Internacional y complementa su misión de formar jóvenes solidarios y ávidos de conocimiento. Los proyectos de CAS son importantes en la educación porque se cambian vidas”, concluyó Marcela Carrizo.

 

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