El nombramiento pone a Perry, el gobernador que más duró en ese rico estado petrolero, a cargo de un vasto ministerio que incluye consolidar las energías fósiles, mejorar la seguridad nuclear y hacer avanzar las innovaciones en el campo de la energía, en el seno del gobierno de Trump, escéptico respecto al cambio climático.
“Como gobernador de Texas, Rick Perry creó un clima empresarial que produjo millones de nuevos empleos y bajó los precios de la energía en el estado; traerá esta misma visión al país como secretario de Estado”, señaló Trump en una declaración.
Veterano de las fuerzas aéreas estadounidenses y exgranjero, Perry reemplazará al saliente secretario de Energía, Ernest Moniz, físico nuclear de formación y una de los principales exponentes detrás de los esfuerzos maratonianos de Estados Unidos para sellar el acuerdo nuclear con Irán.
“Estoy impaciente de estar a cargo del desarrollo, administración y regulación de nuestros recursos energéticos, y de promover una política energética estadounidense que cree empleos y ponga al país primero”, dijo Perry.
El exgobernador de 66 años, que participó de las primarias republicanas y fue aplastado por Trump desde el comienzo de la carrera, calificó entonces a su adversario de “cáncer para el conservadurismo”.
Asimismo, como candidato a la investidura republicana en 2012, Perry propuso suprimir tres ministerios, durante un debate que se recuerda incluso hoy. Incapaz de citar los tres, evocó los Departamentos de Educación y de Comercio, y, un poco más tarde, recordó que el tercero del que hablaba era el de Energía.
Perry fue vicegobernador de Texas en 1999 cuando George W. Bush lideraba el estado, y luego asumió el cargo de gobernador entre 2000 y 2015.
