RÃo de Janeiro, dic. 01. La economÃa brasileña, la séptima del mundo, se hundió aún más en la recesión en el tercer trimestre del 2015, cuando el Producto Bruto Interno (PBI) se contrajo 1,7 por ciento en relación a los tres meses previos, más de lo previsto, según datos oficiales del Instituto Brasileño de GeografÃa y EstadÃstica (IBGE).
Asimismo, el PBI de Brasil cayó 4,5 por ciento de julio a setiembre en relación al tercer trimestre de 2014, el mayor retroceso desde que comenzó la serie histórica hace 19 años, precisó
Un conjunto de economistas consultados por el diario económico brasileño Valor esperaban caÃdas menores: -1,3 por ciento en este tercer trimestre en relación al segundo trimestre, y -4,2 por ciento en relación al tercer trimestre de 2014.
En el primer y segundo trimestre del año, la economÃa de Brasil se contrajo un 0,8 y un 2,1 por ciento respectivamente en relación a los tres meses previos, según las últimas cifras revisadas y difundidas este martes.
Un obituarioÂ
En recesión técnica desde el segundo trimestre, la mayor economÃa de Latinoamérica va de mal en peor: de enero a setiembre, el PIB acumula una caÃda de 3,2 por ciento en relación al mismo periodo del año pasado, el mayor retroceso acumulado desde el inicio de la serie en 1996.
En la medición de los últimos cuatro trimestres, la contracción del PIB acumula un 2,5 por ciento.
“La primera lectura de las cifras del tercer trimestre recuerdan un obituario”, dijo André Perfeito, economista jefe de Gradual Investimentos en Sao Paulo, que estima que los números pueden empeorar “por lo menos hasta mediados del año que viene”.
El mercado proyecta un retroceso del PIB de 3,19 por ciento este año y de 2,04 por ciento en 2016. Si se confirman los dos años consecutivos de recesión, serÃa la primera vez que esto ocurre en 85 años, desde 1930-31.
La presidenta de izquierda Dilma Rousseff enfrenta un complejo cóctel que mezcla una contracción de la actividad, déficit fiscal, una inflación de casi dos dÃgitos y desempleo creciente. Su popularidad está en apenas 10%, la oposición pide su juicio polÃtico y el Congreso tarda en aprobar un crucial plan de austeridad.
A la inmensa corrupción destapada en la estatal Petrobras, que ha golpeado la economÃa y llevado a la cárcel a grandes empresarios, banqueros y figuras del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), se sumó la decisión de la agencia Standard and Poor’s de retirar el grado inversor al paÃs.
Otras dos grandes agencias, Moody’s y Fitch, rebajaron la nota de Brasil al último escalón y lo dejaron al borde de perder el certificado de buen pagador.
“Lo que me preocupa bastante es la caÃda de la inversión. Eso sugiere que no va a haber incentivos en el futuro”, lamentó el economista Perfeito.
La economÃa brasileña está en un proceso de ajuste recesivo, compuesto por tres aspectos, explicó: una fuerte alza de las tasas de interés (14,25 por ciento anual), un ajuste fiscal -el gobierno paró de gastar todo lo que puede- y un pesimismo generado por una crisis polÃtica muy severa.
“El ajuste demoró mucho tiempo en concretarse, y eso creó una situación de agonÃa prolongada. Es un proceso que debÃa ser rápido, pero está siendo muy difÃcil” debido a la crisis polÃtica y las maniobras de obstrucción al corte del gasto de parte del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, archirrival de Rousseff, dijo Perfeito.
¿Como Grecia?
El gobierno de Rousseff precisa con urgencia que el Congreso le apruebe la meta fiscal de 2015, reducida varias veces hasta convertirse en déficit, porque sino estará violando la ley de responsabilidad fiscal. La votación podrÃa tener lugar esta misma noche.
Para 2016, espera mejorar las cuentas y poder generar un superávit fiscal primario (sin tener en cuenta el pago de intereses de la deuda) de 0,7 por ciento, una meta que parece ambiciosa dados los actuales números.
“Tener un superávit mÃnimo el año que viene es esencial. Si no, quedaremos como Grecia, un paÃs con problemas estructurales, que no consigue ahorrar nada para pagar la deuda”, advirtió el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, en una entrevista con el diario O Globo publicada el lunes.
“En ese escenario nadie invertirÃa (en el paÃs) y el empleo se hundirÃa”, añadió. Aunque acotó enseguida que “es claro que Brasil, con 200 millones de habitantes, toda la riqueza, la industria y la agricultura que tiene, no tiene cómo ser la Grecia de los últimos años. Tenemos que organizarnos y tener la disposición de adoptar las medidas necesarias”.
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