Viernes, 29 de Marzo del 2024
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Conoce el síndrome que le imposibilita a las personas llegar temprano

Publicado el 07/11/14

Se dice que la puntualidad es un problema cultural en nuestro país y “la hora peruana” se ha popularizado como la antítesis a la hora inglesa, pero es precisamente en Gran Bretaña donde vive Jim Dunbar, la primera persona diagnosticada con el síndrome de la demora crónica, enfermedad que le hace llegar tarde a todos lados. ¿De qué se trata este síndrome?

Para la psicóloga Mary Castro, “el Síndrome de la Demora Crónica es una enfermedad que no está incluida en los manuales de diagnóstico, pero se infiere que se trata de un rezago en el desarrollo de las funciones ejecutivas comandadas por el lóbulo frontal del cerebro, el mismo que determina la habilidad para organizar, establecer prioridades, tener un sentido adecuado del tiempo, planificar, sostener la atención y permanecer alerta”, algo muy parecido al Trastorno por Déficit de Atención, explica Castro, que entre sus manifestaciones está el tener un tiempo cognitivo lento. Los que la padecen tienden a tardar en vestirse, asearse, comer o hacer los quehaceres. “Es como si no tuvieran sentido del tiempo”, indica la profesional.

Atrápalo.pe, ha lanzado recientemente la campaña titulada “Llegatempranismo” que aprovecha la figura de Jim Dunbar para alentar la puntualidad en nuestra sociedad, siendo un valor que la compañía trabaja al interior de su organización y ahora intenta difundirla en pro de la comunidad. Para Castro el “llegatardismo” es un patrón de conducta que se presenta entre nosotros en diferentes grados, pero que en cualquier caso siempre origina problemas del tipo social, personal y/o profesional. La razón sería la desidia de las personas para organizarse y planificar mejor su tiempo. “En estos tiempos en que el trabajo en equipo es altamente valorado, si un integrante demora, presenta los trabajos fuera de tiempo o simplemente no los cumple; retrasa al grupo y crea malestar entre sus compañeros; de esta manera daña las relaciones interpersonales y afecta la percepción que el resto tiene de él respecto a su rendimiento profesional”, puntualiza.

Sin embargo la especialista también asegura que el cambio es posible: “El sólo intento diario de planificar y organizarse puede servir como ejercicio de focalización para fortalecer el lóbulo frontal del cerebro” -el que comanda la concentración en nuestras actividades diarias-. “Rehusarse a realizar este simple ejercicio sólo prolongaría el problema de llegar tarde y la inefectividad en cualquier actividad que requiera concentración”, asegura la psicóloga.



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