La cantante estadounidense Jennifer Lopez celebró ayer su cumpleaños número 42 rodeada de sus familiares y pequeños hijos, siendo el gran ausente su expareja, Marc Anthony.
La cantante, acompañada por un grupo de 16 personas, que incluía a su madre, su hermana, su representante y su estilista, tuvieron una cena de lujo en el restaurante “Conant Scout”, en el Hotel Fontainebleau, disfrutado de un menú italiano.
“Jennifer se veía radiante en un vestido de noche color morado y plata. Y cuando trajeron el pastel de cumpleaños después de la cena, se puso a cantar. Ella estaba muy feliz. El grupo se quedó durante horas. Cerraron el restaurante sólo para ellos”, reveló una fuente a la revista “People”.
Pero todo no terminó allí, pues Jennifer Lopez siguió disfrutando de la vida en las costas de Miami con amigos y familiares a bordo del yate de 122 pies, de su propiedad, llamado “Never Say Never”.