Esa situación empeora el cuadro: miles de extranjeros que residen en Libia buscan la manera de escapar a sus paÃses, temerosos de que las revueltas acaben en una guerra civil. Varios gobiernos toman cartas en el asunto.
TurquÃa envió dos barcos y un buque de guerra, e Italia, un avión a la ciudad oriental de Bengasi. Mientras Egipto reforzó su despliegue militar en la frontera cuando miles de refugiados tratan de huir de la violencia desatada tras las protestas antigubernamentales.
El ejército egipcio puso en funcionamiento dos hospitales de campaña en la frontera para tratar a enfermos y heridos.
El ministro de Defensa de Italia, Ignazio La Russa, anunció que un avión C130 de la Marina está listo para volar a Libia y rescatar a cien ciudadanos. El destino original era Bengasi, pero hubo que cambiar “los horarios, los tiempos y los sitios”. Por “motivos de seguridad”, no quiso revelar a qué ciudad volará la aeronave. Unos 1.500 italianos viven en el paÃs africano.
Los ministerios de Asuntos Exteriores y de Emergencia de Rusia negocian con el Gobierno de Muammar Khadafi los permisos necesarios para el rescate aéreo. “Hasta el momento, sigue cerrado el espacio aéreo de Libia y ahora se negocian por canales diplomáticos los permisos de vuelo para los aviones rusos”, confirmó la vocera Irina Andriánova. “En TrÃpoli hay 134 personas ya preparadas para la evacuación”.
Francia también es de la partida. ParÃs envió tres aviones para la evaciuación. Se espera que Holanda, Ucrania y otros paÃses de Europa hagan lo mismo en las próximas horas.
Un factor común atraviesa a la mayorÃa de los ciudadanos extranjeros que residen en Libia: trabajan para compañÃas con sede central en sus paÃses natales, pero que colocan sus plantas y sus obreros en la tierra de Khadafi, donde la mano de obra se paga barata.
Estados Unidos ordenó ayer que solamente se mantengan en Libia el personal mÃnimo e indispensable para mantener su presencia diplomática.