HungrÃa lucha contrarreloj para evitar una segunda riada de lodo tóxico en el poblado de Kolontár, en el oeste del paÃs. Miles de personas ultiman la construcción del nuevo dique de contención de una balsa de residuos quÃmicos en la fabrica de aluminio de Ajka. Su ruptura, hace una semana, provocó una riada de agua, arsénico y metales pesados que arrasó Kolontár, mató a 7 personas e hirió a más de 150. Dos afluentes del Danubio resultaron seriamente contaminados.
La fisuras descubiertas el pasado jueves en el dique principal han acelerado los trabajos de construcción de la nueva presa, que podrÃan concluir este mismo lunes.
Aunque la investigación no está ni mucho menos cerrada, el gobierno húngaro ha adelantado que la sociedad MAL, propietaria de la fábrica accidentada, podrÃa ser condenada a pagar una multa de 73 millones de euros si se demuestra su culpabilidad en el siniestro. Su director general ha sido arrestado y la empresa será nacionalizada, al menos temporalmente. Por lo pronto, su nombre queda asociado al mayor desastre ecológico de la historia de HungrÃa.
La PolicÃa húngara ha detenido por 72 horas a Zoltan Bakonyi, director general de MAL Zrt, la empresa productora de aluminio cuya balsa de contención de residuos desencadenó hace una semana un vertido tóxico de lodo rojo en el oeste del paÃs, según informó a Reuters la portavoz del Gobierno, Anna Nagy.