A medias. Consejo Permanente de la OEA dio su visto bueno a un proyecto de declaración que se aprobará en la XXXX Asamblea General. El documento difiere mucho de la propuesta inicial de Perú.
El texto, que tendrá que ser aprobado por los cancilleres de los 33 Estados miembros activos de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la reunión anual del organismo, que se celebrará del 6 al 8 de junio en Lima, no se refleja la preocupación por el aumento del gasto militar en Latinoamérica..
Partiendo de la campaña que inició el presidente Alan GarcÃa para poner “freno al armamentismo” y forjar un “pacto de no agresión” para limitar el gasto militar y la adquisición de armas, Perú habÃa utilizado un lenguaje bastante más fuerte en el texto.
En su proyecto sobre “la paz, la seguridad y la cooperación en las Américas” pretendÃa que los paÃses se declararan “preocupados porque se destinen a fines militares a nivel mundial y especialmente en América Latina cada vez más recursos que podrÃan dedicarse a atender necesidades de desarrollo” y establecer lÃmites a los gastos destinados a la defensa externa.
Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por su sigla en inglés), las transferencias de armas hacia Suramérica se incrementaron en un 150 por ciento durante los últimos cinco años, lo que refleja una tendencia al alza tanto en gasto militar como en órdenes de compra en la región.
De acuerdo con el informe Balance Militar Suramericano del Centro de Estudios Unión para la Nueva MayorÃa, el gasto militar de América del Sur fue de 39.143 millones de dólares en 2007 y de 51.110 millones en 2008, lo que representa un aumento del 30,2 por ciento.
Objetivos cumplidos
Si bien Perú no ha logrado un lenguaje tan directo como hubiera deseado, sà ha conseguido sus objetivos principales. Pero también el resto de paÃses ha conseguido reivindicar sus principios y derechos.
Venezuela, Nicaragua, Brasil, Bolivia y Ecuador no han logrado incluir un párrafo en el que se reafirma que la presencia de fuerzas militares extranjeras no puede, con sus medios y recursos vinculados a objetivos propios, amenazar la soberanÃa e integridad de los Estados y en consecuencia la paz y la seguridad en la región.
Alcances del proyecto
Los Estados miembros reafirman en el proyecto de declaración que tienen el derecho soberano de identificar sus propias prioridades nacionales de seguridad y definir las estrategias, planes y acciones para hacer frente a las amenazas.
Pero refrendan el compromiso de continuar realizando esfuerzos para limitar los gastos militares, manteniendo una capacidad que corresponda a sus legÃtimas necesidades y promoviendo la transparencia en la compra de armamentos.
También se muestran conscientes de la importancia de fomentar condiciones que permitan limitar el uso para fines militares de recursos que podrÃan destinarse al desarrollo.
En este sentido, declaran su firme compromiso de promover la transparencia en la adquisición de armamentos.
Igualmente, subrayan la importancia de seguir promoviendo un ambiente propicio para el control de armamentos, la limitación de armas convencionales y la no proliferación de armas de destrucción masiva para dedicar un mayor número de recursos a su desarrollo económico y social.
Eso sÃ, siempre teniendo en cuenta sus legÃtimas necesidades de defensa y seguridad y los compromisos internacionales. (EFE)