Jueves, 18 de Abril del 2024 
La visita de la presidenta argentina Cristina Fernández y el desagravio expresado al Perú cierra “la página triste” del contrabando de armas hacia Ecuador durante la guerra del Cenepa, afirmó hoy el ministro de Relaciones Exteriores, José Antonio García Belaunde.
Agregó que la Cancillería considera “definitivamente” que las palabras de la mandataria sureña son una disculpa a la nación peruana, tras haberse descubierto la venta de material bélico a Ecuador cuando mantenía un conflicto con Perú en 1995.
“El gesto de ella y sus palabras, que fueron claras y contundentes, nos hace pensar que es una página volteada, triste, pero volteada. No debemos estar tratando de mantener heridas abiertas porque en ese tema hay responsabilidades personales”, afirmó.
Respaldó, en ese sentido, la posición del presidente de la República, Alan García, al afirmar que la presidenta de Argentina tuvo “un gesto de valor y coraje” de enfrentar esa realidad que “sombreaba las relaciones”.
El jefe de la diplomacia peruana sostuvo que el tráfico de armas hacia territorio ecuatoriano, proveniente de la nación gaucha, es un tema con responsables personales en actos de corrupción, pero que de ninguna manera formaban parte de una estrategia de Estado.
Por ello, resaltó la visita de Cristina Fernández porque permite superar este capítulo y abre nuevas perspectivas en las relaciones bilaterales, tanto en aspectos económicos y comerciales, como en el ámbito político y de cooperación.
García Belaude sostuvo, además, que Perú siempre mantuvo “invariable en el tiempo” su postura de respaldo a Argentina en el caso de las islas Malvinas, cuya administración es disputada con el Reino Unido.
También dijo que Perú optó por consolidar la relación con Argentina, al igual con Brasil, porque se trata de dos importantes socios del Mercado Común del Sur (Mercosur) y de una puerta hacia el lado Atlántico de Sudamérica.
Por otro lado, el canciller peruano prefirió el avance de acuerdos de integración en ámbitos más específicos para lograr unidad y establecer espacios que permitan procesar diferencias.
“Tengo ciertos escepticismos: cuanto más grandes son los grupos, los comunes denominadores empiezan a bajar. Por eso es importante trabajar en espacios más acotados, es mejor. En Unasur, por ejemplo, podemos asumir los grandes déficit en infraestructura”, acotó.
