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Feliciano Padilla Chalco ha publicado Pakasqa takiynikuna
20/02/2010 Espectáculos

El consagrado escritor y novelista Feliciano Padilla Chalco ahora ha publicado Pakasqa takiynikuna. Mis cantos ocultos. Un texto escrito en quechua y traducido al español.

Un fantasma recorre los caminos, comunidades y pueblos de América, es el fantasma de la literatura con fuerte sentido de descolonización cultural. Pero no solo es un fenómeno de esta parte del planeta, sucede también en otras latitudes como una respuesta a la excluyente globalización. Los escritores que son la conciencia de sus pueblos, han decidido escribir además en lenguas ancestrales y con un distinto canon literario. El libro de Feliciano Padilla Chalco, pertenece a esta clase de textos.

Pero, ¿qué ha sucedido para que un eximio narrador como Feliciano Padilla de pronto haya decidido escribir poesía en quechua? ¿Qué circunstancias ha hecho para que descubra su vena poética? ¿Qué importancia tiene su libro para la literatura en quechua? Las respuestas las tiene Padilla. Pero por el contenido de los poemas, no cabe duda que en la última parte del libro, hay poemas de corte social que no escribieron Kilku Waraqa ni José María Arguedas.

Poesía escrita con el ritmo cadencioso parecido al viento que mueve los eucaliptos antes de la lluvia, con la añoranza de una infancia perdida entre el sueño y los caminos. Poema tras poema, Padilla habla desde la necesidad de reconstruir un mundo destruido por el odio. No se trata de un poeta andino inocente, la madurez intelectual no le permite cerrar los ojos ante la depredación, la soledad y la pobreza.

Feliciano Padilla habla quechua desde su nacimiento, por eso siente y piensa en quechua de Abancay. “El lugar exacto – dice- donde perfeccioné el uso de esta lengua fue en la provincia de Grau, cuando mi padre le llevó a los cincos años a Kurpawasi, donde poseía una pequeña propiedad, la única gente con la que podía socializar: los cuidantes del ganado, sus hijos y los otros trabajadores, eran monolingües quechuas”.

Pakasqa takiynikuna en quechua significa Mis cantos ocultos. La traducción al español le corresponde al escritor José Luis Velásquez Garambel. Así, de la manera menos esperada, Feliciano Padilla Chalco se convierte en uno de los poetas más importantes del idioma quechua y es a la vez, en la expresión de una ancestral cultura viva.

Feliciano Padilla Chalco (1944) es autor de cuentos y novelas de escenario andino, especialmente puneño y apurimeño. En 1992 y 1996 fue reconocido con la Mención Honrosa del Premio Copé de cuento (“Me zurro en la tapa” y “Amarillito Amarilleando”); en 1998 ganó el Primer Puesto en el concurso nacional Canto al Lago, organizado por el Proyecto Especial Binacional Lago Titicaca (“El retorno de Qori Challwa”); y en 1999 ganó el Segundo Premio del 8.º Concurso Nacional de Cuentos, organizado por CEAL, de la Conferencia Episcopal Peruana (“A qué volviste, Nazario”). Además, en 1993 fue finalista del Concurso Nacional de Cuento César Vallejo, organizado por el diario El Comercio (“La huella de sus sueños sobre los siglos”).

Aunque limeño por nacimiento, Feliciano Padilla prefiere identificarse como puneño-apurimeño, por los lugares de origen de sus padres. Por el trabajo de su padre, un guardia republicano abanquino, ex combatiente del 41, tuvo que mudarse numerosas veces por el territorio peruano. Esta experiencia errante se traduce en la tensión social que manifiestan sus obras. Culminó la primaria en una escuela de Challhuanca (Andahuaylas), y la secundaria en Abancay. Luego estudió Lengua y Literatura en la Universidad San Antonio Abad del Cuzco.

Padilla reconoce a su abuela materna, Alfonsa Miranda, como la primera persona que influyó en su vocación literaria. En palabras de su nieto, doña Alfonsa “narraba los hechos maravillosos con toda verosimilitud. De sus labios salían guallatas, mariposas, mujeres y otros seres que encantaron mi imaginación”. Una segunda gran influencia ha sido la del poeta cuzqueño, “El Cholo” Luis Nieto, su maestro más recordado de la Universidad San Antonio Abad: “Él me aconsejó que en vez de la poesía me dedicara a la narrativa, por mi mayor afición a la documentación y la exploración bibliográfica”. Además, valora a José María Arguedas, por “devolverles su rostro” a los peruanos, y a Mario Vargas Llosa, por enseñar a los jóvenes a “comprometerse con la escritura de manera sistemática”.

"1" Comment
  1. fernando Jael

    Feliciano Padilla,narra con una sensibilidad única,precisamente por haber vivido en zonas olvidadas del Perú oficial.A no dudar es uno de los grandes escritores de la narrativa peruana.Sus obras y su estilo deberían insertarse en los curricula de educación secundaria.

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