Libre bajo fianza de 3.000 shekels (unos 580 euros), Ariadna Jové no podrá abandonar Israel hasta que concluya el juicio que seguirá a su detención la madrugada del pasado domingo. La activista española, miembro de Internacional Solidarity Movement, ha comparecido en audiencia ante el Tribunal Supremo esta mañana para escuchar cómo la fiscalÃa argumentaba que la aprehensión de Jové y su compañera Bridgitte Chappel fue ilegal. Ahora, no obstante, tienen vetado regresar a los territorios ocupados.
Jové fue detenida en su vivienda cerca de Ramala. “Alrededor de las 2.30 del domingo abrieron la puerta y entraron 15 o 20 soldados que nos apuntaban con sus armas”, relató la joven catalana. Luego las trasladaron a la prisión de Ramle antes de comparecer esta mañana ante el Supremo. Han tenido más suerte que una colega checa y un periodista estadounidense que trabajaba como editor jefe de una agencia de noticias palestina, que semanas atrás fueron deportados.
Las autoridades israelÃes insistieron en que ambas mujeres representaban una amenaza para la seguridad, aunque Jové y Chappell replicaron que las preguntas que les formulaban tras ser detenidas se limitaban a la vigencia de sus visados y rechazaron firmar documento alguno que supusiera admisión de su deportación voluntaria.
La captura de las jóvenes revela que las autoridades israelÃes violan flagrantemente los Acuerdos de Oslo, que establecen determinadas zonas de Cisjordania -entre ellas las principales ciudades palestinas- como área de exclusiva competencia de la Autoridad Nacional Palestina. Los soldados allanaron la casa, se llevaron a ambas jóvenes y las entregaron a la denominada Unidad Oz de la policÃa, dedicada a perseguir la inmigración ilegal. El fiscal aseguró que las dos mujeres fueron puestas a disposición de la citada unidad en territorio ocupado, y no en Israel, como fija la legislación. “Ha quedado claro que no todos los agentes entienden todas las instrucciones”, afirmó la representante de la fiscalÃa. “Nos preguntamos por qué el Ejército arrestó a estas dos activistas. La motivación del ejército es perseguir a gente según sus opiniones polÃticas. Pido al tribunal que no dé amparo a esta ilegalidad”, argumento Omer Shatz, abogado de Jové y Chappell.
La detención se enmarca en una extensa campaña contra organizaciones y personas que se atreven a airear los permanentes atropellos contra los civiles palestinos y que protestan cada viernes contra el alzamiento del muro que separa Israel de Cisjordania, aunque la barrera ilegal se adentre en territorio ocupado. Las ONG, tanto israelÃes como extranjeras, son la diana. Confiscaciones de ordenadores y material en sus oficinas; prohibición de manifestaciones; arrestos de activistas palestinos; prohibición de viajar al extranjero a profesores palestinos; expulsión de algún periodista, y procesos judiciales emprendidos en Europa para limitar la financiación de las ONG son algunos de los caballos de batalla en los que pelea el Gobierno derechista de BenjamÃn Netanyahu y varias asociaciones israelÃes inclinadas hacia la extrema derecha.