No mojen que no hay quien planche, porque Tulio Loza ha regresado para quedarse. En épocas de grandes aceitadas, ratas y pericotes, chuponeos delivery y congresistas robapollos, se hace más necesario que nunca escuchar la pícara voz del Cholo de Acero Inoxidable, que regresa a los escenarios nacionales después de varios años de ausencia con un show que promete poner de pies a cabeza la política nacional: Sobornos Son Robos.
La Estación de Barranco será el escenario inmejorable para que, durante febrero y marzo, Tulio caliente los motores electorales poniendo sobre el tapete, con el afilado humor de las últimas cuatro décadas, todos los entripados de tanto pendenciero suelto en plaza con ganas de reelección o de estrenarse en la mamadera del Estado. Durante 90 minutos, el Cholo “extra-motor-oil” hará desfilar a cada pendejerete para ponerlo en su sitio, dejando para el final al Pez Más Gordo de todos.
Y es que hace 20 años, fue Camotillo el Tinterillo el personaje de Tulio quien puso el cascabel a tanto gato encerrado del primer gobierno de los compañuelos. En su recordado café-teatro Cholibiris, el público aplaudía a rabiar cada una de las ocurrencias y puyazos contra el Muchachón de aquel entonces, convertido ahora en Muchanchón. Diecisiete años le duró el éxito a Tulio gracias a estos shows, así que no le va a ser demasiada molestia volver para desinflar semejante llanta política.
Ningún candidato se salvará, además, en Sobornos Son Robos, que está dicho en palíndromo (frase que se lee igual hacia adelante que hacia atrás) porque por donde se le mire, la política peruana está llena de pilluelos a quienes el Cholo de Acero Inoxidable está dispuesto a calatear en el escenario… figuradamente, por supuesto, porque tampoco es cosa de ofrecer tan feo espectáculo. Ni los mudos ni los de boca ancha; ni los rojos ni los rosados, se salvarán en este show que, gracias a la respuesta del público, podría extenderse algunos meses más.
Autor de memorables programas de televisión desde los años sesenta, y de personajes que han calado hondo en la imaginería popular, Tulio Loza ha sido protagonista de cuatro décadas de humor en el Perú, desde los días de la radio cuando pagaba sus estudios de Derecho con sus papeles de “cholo-vivo”, hasta los tiempos del café-teatro cuando, como actor, director y empresario, llenaba a rabiar el Cholibiris; pasando, por supuesto, por sus incursiones cinematográficas, que tuvieron el punto más alto en la tragicomedia que rodó en el Cusco, “Allpa Kallpa”, premiada en el Festival de Cine de Moscú, a mediados de los años setenta.
En los últimos tiempos, como hace desde los años ochenta, Tulio Loza se ha dedicado a atender los incansables requerimientos de la colonia peruana en distintos países del mundo. Por ejemplo, el pasado 31 de octubre, Día de la Canción Criolla, estuvo en Estocolmo ofreciendo un show para los lorchos del Perú y balnearios más pueblos jóvenes que radican en Suecia. Pero el llamado de la puna es más fuerte y Nemesio Chupaca Porongo, el “grindio Williams”, el abancaino que llegó a Lima en 1957, está de retorno, esta vez con toda seguridad para quedarse.
Día: Todos los viernes
Costo de la entrada: 35 soles
Consumo mínimo por persona: 25 soles
Lugar: La Estación de Barranco
Dirección: Av. Pedro de Osma 112 – Barranco
Venta de entradas: Teleticket
